Esta increíble escultura que podemos observar, es el retablo mayor de la iglesia de una conocida institución sevillana: la Hermandad de la Santa Caridad, dedicada en sus orígenes a dar sepultura a los muertos que nos disponían de familiares, para que de ellos se ocupasen, y les proporcionaran un entierro minimamente digno.
Bernardo Simón de Pineda levantó dicha escultura en un portentoso retablo de madera, policromada por el pintor Valdés Leal y tallada por el escultor sevillano Pedro Roldán. En cuanto a características relacionadas con el barroco, que mejor ejemplo que el entierro de Cristo. Justamente en el centro de la escultura es donde encontramos los elementos más relevantes. Observamos al grupo que da nombre a la obra: acompañan el cadáver de Cristo su propia madre, a su vez consolada por las tres Marías, San Juan evangelista y los santos varones, Nicodemo y José de Arimatea, mientras un ángel sostiene la lápida del sarcófago donde va a ser depositado el cuerpo de Jesús.
El artista consigue dar aquí una verdadera idea de la escena: cada uno de los gestos y actitudes de los personajes, sus posiciones, que contribuyen a la idea de mostrar al espectador cómo, en la práctica, se está sepultando a un muerto; puro realismo barroco.
Además, Roldán se preocupó de enmarcar adecuadamente la escena. Para darle más profundidad colocó tras este grupo de personas un bajorrelieve en el que se representa el monte Calvario.
Aquí concluimos la explicación de dicha escultura, un buen ejemplo de manifestar el arte barroco y por supuesto de situar a toda persona que la observe. Sinceramente, pensamos que es fantástica y esperamos que os haya gustado y compartáis nuestra opinión.
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